Fue un espacio que reunión representantes de varias comunidades indígenas y se realizó en el resguardo indígena de Puracé (tierra del maíz) del pueblo Kokonuko.
Allí 27 líderes de todo el país entablaron conversaciones para la unión de diversas culturas y su propia cosmovisión ancestral, conversación que estableció la necesidad latente para defender los derechos de los pueblos y sus tradiciones.
La ministra Lombana afirmo que ‘el turismo indígena, debidamente planificado y con las garantías a unos limites, lineamientos, valores y códigos de conducta bien definidos y respetados, podría convertirse en una alternativa para que las comunidades mejoren sus medios de vida’. Una de las conclusiones del encuentro fue la importancia de crear alianzas entre los mismos actores turísticos, la comunidad, la academia, el sector privado y por su puesto el gobierno de turno.
Por otro lado los representantes de los pueblos se comprometieron a crear espacios de concertación en sus comunidades para decidir si es viable avanzar en una ‘Red de Turismo Indígena de Colombia’, la cual tiene como propósito compartir saberes y que a partir de esto se le de una nueva mirada a este turismo consciente para resaltar las tradiciones ancestrales.
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